¿Quién no ha maldecido alguna vez tras pasar un resalto o un badén que nos sacude en el interior de nuestro vehículo, aunque hayamos reducido al máximo la velocidad? Imaginemos que, en lugar de sentados en nuestros coches, estamos siendo trasladados en una ambulancia y que cada paso elevado en el camino, además de provocar esa sacudida, genera un retraso de diez segundos en un trasladado en el que el tiempo es vital[..]
Escucha el audio completo en Onda Vasca