Mateo Lafragua ha logrado un nuevo avance en su lucha para demostrar los efectos negativos de los resaltos para los traslados de los servicios de emergencias. La Comisión Europea ha respondido a su consulta y ha reconocido que «los ralentizadores, si están incorrectamente diseñados, pueden afectar de forma adversa a los vehículos de emergencia, en particular a las ambulancias que transportan pacientes».
La Comisión ha afirmado que «no existe ninunga norma en la Unión Europea que regule las características de los ralentizadores y corresponde a las autoridades competentes de los Estados miembros definir los requisitos que deben cumplir», en lo que se refiere a la seguridad de los usuarios de la red viaria, y tratar de alcanzar un «equilibrio entre los beneficios que aportan desde el punto de vista de la seguridad y los posibles inconvenientes resultado de su uso por parte de los servicios de emergencia».
Mateo Lafragua, trasplantado de riñon, comenzó su petición tras tener que pasar a diario por una carretera con diecinueve resaltos en siete kilómetros es el camino que separa Artziniega (Álava) de Bilbao, donde se encuentra el Hospital al que muchos enfermos tienen que desplazarse cada día. Mateo Lafragua, un hombre trasplantado dos veces de riñón, conoce por experiencia propia el calvario al que los enfermos tienen que enfrentarse. Por eso, decidió realizar un informe sobre los resaltos y su impacto negativo en el traslado de pacientes y hacer visible este problema.[..]
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