Badenes y resaltos se han convertido en el enemigo número 1 de muchos conductores. Este tipo de dispositivos diseñados para reducir la velocidad están siendo protagonistas de numerosas protestas para su retirada y la discontinuidad en su uso. Son cada vez más los estudios que demuestran que muchos de ellos no cumplen con la legislación, pero que además han demostrado los riesgos y desperfectos que supone para nuestro coche. A todo ello se añade además la existencia de alternativas menos dañinas pero que pasan de largo para las administraciones por sus mayores costes. Pero los problemas de badenes y resaltos no sólo atañen a la mecánica de nuestro coche y a nuestro confort, y es que también suponen un importante riesgo para la salud de muchos ciudadanos cuyo delicado estado de salud encuentra en los badenes un peligroso enemigo.[..]